Esoterismo y Exoterismo

 

En sus orígenes, el Conocimiento expresado en las doctrinas metafísicas, tales como el hinduismo y el taoísmo no se encontraba una división entre lo exterior e interior, pues en su saber y en sus métodos se recurre constantemente a una fuente que escapa precisamente de cualquier devenir. No obstante se ha tornado necesaria tal división en otros pensamientos o doctrinas y ni que decir de la religión o los sistemas cosmogónicos. Para comprender bien la noción de la doctrina iniciática tenemos entonces que elucidar primeramente la noción de esoterismo y exoterismo. A fin de cuentas el esoterismo representa el lado interior o iniciático de una doctrina, asequible sólo a la élite espiritual, y en cambio el exoterismo es el lado exterior de la misma doctrina, asequible en mayor o menor medida, a todos los seres que participan de dicha religión.

Las doctrinas metafísicas ortodoxas como el Taoísmo y el Vedânta son veladas en su esencia de modo natural a quienes no son capaces de comprenderlas. Por lo tanto, aquí no se ve la necesidad ni del esoterismo ni del exoterismo, ya que cada individuo, sin importar el nivel intelectual que posea, participará en la medida de sus disposiciones completamente en una u otra tradición.

En cambio, las doctrinas que surgen en Occidente con la religión o que tuvieron que ser conservadas al amparo de una religión, perdieron su cualidad puramente metafísica para poder estar al alcance, por decirlo de alguna manera, de la colectividad entera a la cual estaban destinadas a otorgar una tradición particular.

De aquí que la parte metafísica se haya conservado sólo en el interior y en pequeños grupos relacionados con estas doctrinas, mientras que la parte específicamente religiosa o cosmológica haya sido dejada a la colectividad, sucediendo lo mismo, por ejemplo durante la edad media con las artes liberales, las cuales fueron estudiadas en los dos ámbitos, es decir de manera tanto generalizada o para el vulgo y otro estudio más reservado a ciertos grupos iniciáticos o de élite.

Por otra parte, el acceso al lado interior de una doctrina tal puede ser otorgado únicamente por la iniciación, que es la llave que abre las puertas del conocimiento secreto u oculto del esoterismo; preservado éste por su propia naturaleza inasequible a la mayoría de los individuos, incapaces de comprender o siquiera intuir que haya un aspecto exterior y uno interior respecto de una doctrina religiosa o cosmológica por ejemplo.


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