Cuando de dioses y hombres se habla
en mi mente, ¡hay!... grita el corazón
de deseo, no reclamo, anhelo
Hermes, cuándo has de tocarme
grandioso dios hijo de Zeus y Maya.

Apiádate del reseco olvido
en el que ignorante vegeto
recuérdame Ser, en Uno solo
trueque, engaño, encanto.

Si de mi esta fortuna fuera
delicioso momento en el que muero
por vida en el eterno.

Lilian Altamirano

 

 

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