La Tradición

 

Esta es la denominación del Conocimiento divino por excelencia revelado de manera suprahumana a los sabios de todos los pueblos. Como tal es intemporal y ahistórica, y se revela en todo momento sintéticamente bajo una u otra forma consagrada, por ejemplo, en un nombre divino o en una bebida de inmortalidad. Además, dicho Conocimiento supremo contenido en la Tradición es el polo de toda ortodoxia para una civilización o grupo ordenado hacia el fin máximo de la humanidad: la Liberación o Unión, o mejor dicho la realización espiritual en donde ciertamente hay Identidad entre el individuo y la Divinidad.

Todas las tradiciones son formas diversas adaptadas a la mentalidad específica de una colectividad de seres humanos, cohesionados sea por la raza, por la geografía, la religión o por alguna otra fuerza externa de cohesión. Sin embargo, el contenido esencial de cualquier forma tradicional es, en última instancia, el mismo: la Verdad Metafísica. Por lo tanto, es el conocimiento metafísico el que descubre la verdadera identidad entre todas las diversas formas tradicionales.

Todas ellas concuerdan en decir que este conocimiento metafísico es de origen supraindividual y por ende suprahumano. Esto significa que la realidad única solamente es captada por el aspirante cuando se libera de la forma humana y toma conciencia de los estados no formales de su ser integral. Además, se denomina sabio a quien conoce su sí mismo, a saber, al aspirante que remueve la ilusión de ser tan sólo un ser individual y reconoce que él es sin asociación ni coexistencia con Él, puesto que él en tanto que individuo no existe más que como una percepción mental errónea.

Se puede afirmar que el Conocimiento supremo que aporta la Tradición se sintetiza en la noción de Realización Espiritual que, desde cierto ángulo se mira como una Identidad Suprema, como una Liberación o como una Unión. En nada importa el símbolo con el que se haga llamada al intelecto, éste Conocimiento supremo es sintético y se autorevela de una sola vez a quien espontáneamente se consagra como un punto fiel de la balanza para la auto manifestación de la Divinidad. Por otra parte, la Tradición Unánime o Primordial es el polo alrededor del cual revolucionan todas las civilizaciones y vías ortodoxas.

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